jueves, 21 de abril de 2011

LEYENDA URBANA (COLOMBIA)

El Diablo en la discoteca



Esta es una leyenda urbana que circula en Colombia, donde es muy conocida.



Una noche de viernes santo, se hizo una fiesta en la discoteca mas famosa de Medellín llamada MANGOS, dicen que en un momento determinado de la noche ,entró a la discoteca un joven, que atraía las miradas de todas las jovencitas que se encontraban en el lugar, era alto ,muy bien vestido, con unos ojos algo extraños pero encantadores...

Este apuesto joven se acercó a una muchacha para sacarla a bailar y ella encantada por su apariencia aceptó sin pensarlo dos veces, mientras bailaban él le advirtió que no mirara sus pies ya que se sentía un poco intimidado y no era capaz de seguir el ritmo, ella asintió con la cabeza…

Pero al cabo de un rato no resistió mirar sus pies, ella se quedó sin aliento al ver unas garras horribles y se desmayó enseguida, todo el mundo al ver a esta joven tendida en el suelo corrió a socorrerla, y el joven con el que bailaba ya había desaparecido del lugar.

La muchacha cayó en un terrible estado de coma, y sus padres ordenaron revisar las cámaras del lugar para identificar al hombre que para creencia de todos era el culpable de su estado, pero para sorpresa suya en el vídeo de seguridad se veía claramente que la jovencita bailaba sola por todo el lugar, lo que quiere decir que el hombre no se reflejaba, lo que ya era bastante extraño, y para confirmar esta escalofriante historia en el baño del establecimiento en uno de los espejos decía:

"Viernes Santo, muerte de Cristo, Viernes Santo yo revivo y riego sangre y temor entre los humanos"...

La discoteca estuvo varios días impregnada con un olor a azufre y la joven murió después de un tiempo con unas marcas de quemaduras en la espalda...


Esto sucedió en el corregimiento de Callejones, Colombia. Callejones es un caserío cuyo verdadero nombre es San Fernando.
Hay un camino principal que comunica a San Fernando con el pueblo de Bolívar, alrededor de este camino hay casitas de barro muy antiguas y entre casa y casa hay fincas de cacao, también hay cultivos de maiz, o algodón. Es costumbre de los hombres de Callejones ir al pueblo a tomar cerveza y jugar al billar, a veces regresan a muy altas horas de la noche, borrachos, casi siempre en grupos.
Una de esas noches, Fabio, un pescador de Callejones, decidió regresar solo a su casa, aprovechando que había comprado una bicicleta, la noche estaba muy oscura porque no había luna y los postes de alumbrado tenían los faros rotos.
Fabio justo a mitad de camino, iba pedaleando lento, cuando de pronto vio algo que le pareció como un borracho tendido en mitad del camino. Fabio se preocupó por el posible estado de aquel hombre, así que se bajó de su bicicleta y le gritó: “¡Despértate!”.
Como no pasó nada, Fabio se acercó más y le dio una ligera patada, cuál no sería su sorpresa cuando sintió que no era el cuerpo de un hombre, era como un bulto, de consistencia gelatinosa, que al ser pateado, salió flotando hacia la finca; los pelos de Fabio se erizaron y un escalofrío recorrió su cuerpo.
La borrachera se le fue inmediatamente y como pudo, agarró su bicicleta e intentó pedalear pero la cadena se había safado, así que la arrojó y salió corriendo como alma que lleva el diablo y gritando por todo el camino.
Al llegar a casa, su mamá le abrió las puertas y él cayó desmayado. Nunca más volvió a regresar tarde del pueblo.
Muchas historias acerca de los bultos negros se cuentan en Bolívar, y parece que es cierto, pero no sólo hay bultos negros, también se sabe de brujas y duendes, pero eso será en otra ocasión.¿¿¿Te atreverías a irte de fiesta ahora en Viernes Santo???